jueves, 30 de agosto de 2012

Síndrome de Estocolmo

Amor es sinónimo de decepción,
¿por qué lo idolatráis?
¡Si es un arma letal!
Lo pintan de maravilloso
pero luego es una historia
con un triste final.
¡Si es una droga!
Te convierte en un esclavo,
en un demente, en un iluso.
Al final, el alma llora,
¡y eso para mí no es justo!
Por amor lo he dado todo,
he entregado
Cada trozo de mi ser.
Cuerpo y alma.
Por eso el amor es noble.
pero luego me he encontrado
mis sentimientos,
agonizantes,
devueltos dentro de un sobre,
con remite de ese ser idealizado,
¡pero si solo es un mortal!
¡un simple tío, no es un Dios!
¡¿Por qué lo encuentro especial?!
¡Es el amor! Es esa trampa.
Me ha nublado la razón.
¡La culpa es mía!
Yo me he enganchado a esa droga
y no he escuchado advertencias.
Me he herido yo sola.
¡Pero no es justo!
Aunque seas un tío más,
para mí no lo eras,
¡yo te quería!
Si ahora estuviera contigo,
¿lo estaría por lo que fuiste, por el pasado?
Yo me enamoré de ti, pero es que luego has cambiado.
Será ilusión, quiero admitirlo, pero,
Lo que yo sentí por ti
nunca volveré a sentirlo.
¡¡¿Y qué más da?!!
¿Por qué extrañar al amor?
¡Si es una cárcel,
una atadura!
¿QUÉ LOCO ECHARÍA DE MENOS A SU
ESTADO DE LOCURA?
Permanecer en ese estado es atascarse.
Todos lo sabemos,
¿pero quién tiene el valor de liberarse?

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